Estaba pensando en ti y de pronto comenzó a llover, fue como si el cielo me hubiera entendido; en ese preciso instante escuché millones de gotas estrellarse en el suelo con violencia... Quería llorar, pero no podía, estaba furiosa, furiosa contigo porque jamás pudiste ver a través de mi alma, furiosa porque fueras tan idiota y furiosa conmigo por amar a quién jamás pateó una piedra por mí... Así... Así llovía, con furia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario