A veces me preguntan si lo extraño... Termino negando todo, aunque por dentro, siento una revolución de sentimientos y recuerdos...
Es cierto que no quiero verlo, no quiero encontrarlo... Pero siempre me dan ganas de saber que está bien y que es feliz con su vida y cualquier cosa que haga. Que siga siendo fuerte y que haya madurado lo suficiente como para saber quedarse o irse en el momento adecuado.
Siempre digo que lo he superado, pero, en ocasiones tengo la necesidad de escribirle; de amor, de recuerdos del tiempo que pasábamos entre besos, de las canciones que faltaron por dedicarnos y también de nuestros sueños... Pero cada que lo intento, termina ganandome la rabia y el rencor por el hecho de que fuera tan idiota, de que nunca haya valorado todo lo que yo sentía por él... Y es entonces cuando le escribo como hoy... Con olvido y orgullo.
Jamás he tenido la intención de olvidarlo -es cierto-, pero el tiempo siempre es sabio. No puedo negar que aún me duele el recuerdo, de vez en cuando, cuando la melancolía viene a buscarme.
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