Lo único que quería la muñeca era irse lejos, muy pero muy lejos, dejando atrás el bonito aparador de la juguetería, no importaba si terminaba perdida y sin rumbo en una calle llena de luces de neón, estaba cansada del polvo en las esquinas, del sonido de la campanilla del mostrador, y de la monotonía de los demás juguetes esparcidos por todas partes... Quería libertad y soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario