“Háblame de cosas serias, cosas que hacemos los
humanos, háblame de cuando caminábamos
por el parque, háblame de cuando hablábamos
bien, no soy una mártir sabes, y si estos ojos se me llenan de lágrimas
es porque te extraño más que ayer, no hace falta mencionar lo
importante que fuiste, y claro, te anhelo con una hermosa sonrisa, porque
sabes, soy una mujer que siente demasiado.
La vida es hermosa y su contexto, en él estás, sabes entiendo que estas cosas pasen en
las relaciones. Te hice un libro. El amor era de verdad y se podía
palpar; era de esos cuentos hermosos en los que todos salen librados y son
felices y hoy te sonrío con mucho anhelo porque fuiste alguien… Y
eres alguien.
No me cansaría de decirte lo importante que eres para mí
y que si algo te pasara no sé qué haría. Hoy no hablamos, pero sé
que eres brillante por todo lo que haces… Sé que eres asombroso cuando quieres serlo;
sabes cómo impresionarme, sabes hacerlo muy bien. No
te culpo.
Éramos solamente dos personas, nos tenía
que pasar… Éramos perfección. Ésta vida loca no se cansa de ponernos en acción,
porque ya sabes, sin drama no hay acción.
No me podría cansar de pensarte, de escribirte y de
estrenar la libreta nueva… No me cansaría de contarle al mundo lo que fuimos porque sé
que éramos almas gemelas. Y sé
que aunque el tiempo ya pasó, estoy muy enamorada de ti.
Dime “loca” “¿Por qué no te vas loca?” No me voy, te voy a
explicar por qué… Porque contigo aprendí
lo que es amar a la medida, lo que es sacrificarme por amor.
Por eso y más me atrevo a decir: Fuiste muy importante, y
aunque me odies con toda tu alma, ésta cosa se nos salió
de las manos… Y siempre que nos dejamos de ver por un tiempo, cuando te vuelvo
a ver o te vuelvo a encontrar mis manos tiemblan, mucho, me pones ansiosa, no
te culpo, no culpes a esta loca, ésta loca nada más
está enamorada y escribe”.
Ivana Lucía Camargo
No hay comentarios:
Publicar un comentario