miércoles, 27 de julio de 2022
En la vida hay torturas lentas que no duelen pero pesan...
Como verte de lunes a viernes sin descanso y no saberte ni siquiera vivo el fin de semana.
O como conformarme con dedicarte miradas secretas de las que ni tú te das cuenta.
Es tortura mirar tus ojos y querer quedarme perdida en ellos. Casi me duele verte y no poder tocarte ni contarte de las ganas que tengo enredar tu cabello en mis dedos.
Me gusta tu sonrisa y tu voz, me gusta verte concentrado y absorto en tus pensamientos, pero lo que más me gusta es escucharte decir mi nombre, porque mi nombre en tus labios suena a melodía y a lo más dulce del mundo, suave como caricias de amantes...
Y pensar que en la vida te volveré a escuchar.
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